En Japón hay básicamente dos religiones tradicionales, la budista y la sintoísta. Aprendí a diferenciar los templos por los colores de estos. Si eran muy coloridos probablemente serían sintoístas, si eran de maderas y construcciones más tradicionales serían budistas. Los templos pueden ser también una mezcla de ambas religiones.
En el día a día la religión se expresa en pequeñas acciones. Por ejemplo, pararse frente a cualquier mini templo en la calle, lanzar una moneda de 5 yenes, y rezar unos segundos. Luego otras acciones más complejas, como prender una vela o unos inciensos.
Y para los más creyentes o esotéricos la compra de papeles que predicen la fortuna, o pequeños objetos (unos bien kawaii) que nos dan suerte en distintos ámbitos o nos protegen de la mala suerte. De pura curiosidad compré de los dos. Si el papel que predice tu fortuna es bueno, lo puedes guardar y llevar a casa. Si la fortuna es mala, lo mejor es dejarlo amarrado en el templo.
La foto es de un templo en Kamakura, cerca de Tokio. Es un templo famoso, entonces es común que japoneses y turistas lo visiten como una atracción turística. Quizás como parte de un viaje escolar o familiar a la ciudad.
Hay momentos en el año que son particularmente ajetreados para los templos, por ejemplo en el año nuevo, donde es común que japoneses hagan filas para llegar a lo más alto y adentro de los templos para tirar una moneda, rezar, y quizás comprar un papel con la suerte.
Algo típico es que en las entradas de los templos se junten puestos de comida y bebida de todos los tipos, para animar el paseo. Ceremonias que ocurren en los templos son los matrimonios y funerales, aunque en este caso son muy tradicionales y probablemente muy caros. Para ello existen otras instalaciones especializadas en matrimonios y funerales. Me tocó ir a los dos.
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