Los parques en Japón son hermosos. Este parque está en las afueras de la ciudad y es enorme, con distintos tipos de árboles, incluyendo los cerezos. Cuando fui tocó que era la época de los tulipanes, coloridos y hermosos.
Todo jardín japonés tendrá agua recorriéndolo también. Es común ver a familias haciendo picnic, a niños jugando y a parejas pololeando. Yo fui sola, con mi bolsa con un onigiri (triangulo de arroz cubierto en alga y relleno con distintas cosas… mi favorito el de atún con mayo), una bebida y algún dulce.
No sólo hay grandes parques en las afueras de la ciudad, también hay parques más pequeños en los distintos barrios. El parque que me quedaba a unos 15 minutos caminando desde mi casa, tenía una laguna con peces, tortugas y patos. Tenía un templo y juegos para los niños. Además, se podía andar en un cisne blanco sobre el agua. Algunas veces si me sentía triste, me iba a sentar en alguna banca del parque a admirar su belleza.
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