Para nadie es una sorpresa que Japón es un país con una baja tasa de natalidad, y por lo mismo, las personas de edad avanzada son un asunto prioritario para las políticas públicas del país.
Recuerdo que a muchos lugares podían entrar gratis o con grandes descuentos. Entonces era común ver a personas de edad avanzada paseando en los lugares que yo visitaba. Muchos de ellos tienen un gato o un perro, entonces verlos paseando a un perro es de todos los días. Lo mismo con el ejercicio, era más común ver a adultos mayores ejercitándose que a los jóvenes.
No faltaba la señora a la que le dabas tu asiento en el tren y se ponía feliz y te metía conversa. O el señor al que le querías dar tu asiento y se sentía ofendido. En Japón hice clases de inglés a adultos mayores. Era un club donde hablábamos sobre distintos temas en inglés. No todos eran buenos para hablar, pero era un espacio valioso tanto para ellos como para mí.