No pasó mucho para que esa alegría que sentí al salir del concierto se transformara nuevamente en tristeza. Y me hice la misma pregunta, ¿nunca más los iba a ver en vivo? ¿Qué iba a hacer ahora que BigBang no existía, cómo iba a llenar ese vacío?
Un día mi hermana me comentó sobre un programa de la compañía de entretenimiento YG, la misma donde pertenece BigBang. En el programa competían 2 grupos para debutar en la industria del KPOP, un equipo A y uno B, siendo A mayor en edad que B. Allí hacían presentaciones, bailes, canciones, los mostraban compartiendo, llorando, riendo y emocionándose, algo así como un reality. El equipo que más me gustó fue el B. No ganó la competencia, pero supe que luego se transformó en iKON. Empecé a ver sus videos musicales y hace poco habían tenido un comeback con 2 canciones que me fascinaron. Luego los vi en Weekly Idol y mi amor creció.
Tuve mi primer comeback con Love Scenario, canción que sería ícono del KPOP en el 2018. Vi su debut en vivo por una aplicación dedicada al KPOP llamada VLIVE. Allí había una sección donde las fans de iKON publicaban fotos, experiencias y todo tipo de expresiones de amor hacia el grupo que adoraban. Pronto me vería envuelta en esto y decidida a ser parte del fandom.
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